11.9.12

Era once de septiembre.

Es once de septiembre. Como cada año desde aquel día acude a la zona cero y permanece inmóvil durante horas recordando lo que para algunos ya es historia, pero para otros como él sigue siendo el día a día. Mira a la gente pasar, esa gente que no se olvida... Bueno, digamos que recuerdan los aniversarios. Tampoco les pide más. Hacen fotos como turistas y miran el gran hueco con asombro. A algunos se les ve emocionados. A otros se les ve que en realidad no han perdido nada ni a nadie allí, ni siquiera el orgullo patriótico, ni tampoco el humano.

Le cae una lágrima al recordar aquel día, y sabe que un turista, a menos de un metro de él, le observa con atención. Se siente una atracción de feria. O al menos, parte de ella. Reconoce entre la gente al hombre de todos los años. Ese señor con la vieja gorra de béisbol que llega siempre a la hora exacta en la que el primer avión fue secuestrado.

Lo mira siempre desde la lejanía, y nada cambia nunca. Todos los años se sienta a esperar oculto tras unas gafas de sol mientras su reloj corre hasta las 8:46. En ese instante se levanta y dirige su mirada hacia lo alto mientras se quita las gafas. Mira allí donde un día se erigía la Torre Norte del WTC con los ojos cerrados, bien apretados. Casi tanto como sus puños. Respira hondo por unos instantes.

Se va unos diecisiete minutos más tarde, después de que se cumpla el tiempo que transcurre hasta el segundo impacto. Él también cree escuchar aquel horror a través del tiempo, como si volvieran al 2001. Como si estuvieran atrapados en un nuevo 11-S en el que aún llevaban sus vidas normales, antes de tener que huir de la nube de humo que sí pudo con otras más de 2.000 personas que sucumbieron a los escombros, explosiones y derrumbes.

Su corazón se acelera, siente que tiene que marcharse de allí cuanto antes. No quiere estar allí cuando empiecen esos actos conmemorativos que no hacen más que ponerle de mal humor, superado por la falsedad de las palabras dichas por mera diplomacia. Necesita escapar de nuevo, escapar de lo que aquel día cambió el curso de nuestra realidad.



Esta entrada, obviamente, va dedicada a esas casi 3.000 personas que perdieron la vida en los atentados del 11-S. No me refiero sólo a las que murieron en las Torres Gemelas, sino también a las víctimas del Pentágono y las de Pensilvania. Y no sólo se lo dedico a quienes perdieron la vida aquel día (o la salvaron: los supervivientes también se lo merecen), sino a todos aquellos que perdieron a alguien o algo, por poco importante que parezca. Lo he dejado caer en el texto, y no me refiero al orgullo patriótico, la verdad (pues no creo en el patriotismo, simplemente pensé que ayudaba a dar veracidad al texto: los estadounidenses son muy patrióticos). Me refiero al orgullo como humanos. Yo aquel día perdí, por ejemplo, la fe en la humanidad. Y aunque tenía tan sólo 6 años ya pensaba en cómo alguien podía causar tanto dolor intencionadamente. No lo entendía entonces, ni lo entenderé jamás. Esta entrada va por todos nosotros, pero sobre todo, por ellos.


Quería dejar claro que todos los datos son exactos (horas sacadas de la línea de tiempo que ofrece la wikipedia).
También quería dejar claro que espero muchos comentarios y difusión (por twitter, por ejemplo) de esta entrada.

PD: Estoy pensando en hacer toda una semana conmemorativa por los 11 años que hacen desde el 11 de septiembre, por lo que puede salir a la luz algún que otro texto con la misma temática. Lo único que pretendo es tocaros la fibra sensible.


6 comentarios:

  1. Si pretendias tocarme la fibra sensible, lo has conseguido. Mucho. Desde que he visto las fotos, el titulo, y he empezado a leer tengo los pelos de punta. Un escalofrio me ha recorrido todo el cuerpo incluso sin querer se me han empañado los ojos de lágrimas. Supongo que es verdad, no todos somos capaces de apreciar el cambio de curso que significó aquello para toda la humanidad, supongo que no nos paramos a pensar en como se sentirán esos niños sin padre, esos abuelos sin hijos, debe resultar devastador. Te lo juro, los pelos de punta. Gracias por conmemorar algo tan trágico y especial a la vez. <3

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  2. La verdad es que me parece increíble esta entrada... sinceramente me has hecho que se me escapen algunas lagrimillas y todo

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  3. Buf... Yaiza, la piel de gallina, la verdad es que mucha gente no aprecia la gravedad de lo que sucedió... pero fue una gran tragedia y yo, como tú, también he perdido la fe en la humanidad...
    Bueno, también me alegro muchísimo de volver por aquí, espero no tardar en escribir...
    Ya volvemos a la rutina y todo, como tu dices, se hará pesada y sí, paso a primero de bachiller, que horror jajajaj
    Y a lo del bilingüe lo hice porque escribí el texto en valenciano y después lo traduje para que se entendiera jajaja Tú podrías hacer solo los textos cortos porqué como bien dices, es mucho trabajo traducir textos tan largos u,u
    Bueno me alegro muchísimo de volver por tu blog, como siempre el texto me ha encantado...
    Muchísimos besos Yaiza! <33

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  4. Pues tocada está la fibra sensible con este texto. Mi tío le pidió a mi tía que se casaran juntos en una de las torres... Obviamente fuera así o no tiene mucho significado lo que pasó. La segunda imagen la verdad es que ha sido chocante. Llevo mucho tiempo viendo documentales y enterándome sobre el tema, fue horrible.
    Y el texto me ha tocado, siempre he querido hacer uno de eso, o del 11M, alguna cosa de esas pero nunca se me ocurre cómo redactarlo sin que parezca un artículo ni nada parecido, y tu lo has conseguido.
    Muchos besos!

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  5. Es una pena, todas las vidas inocentes que han fallecido, por causa de los intereses de dos o tres!! hasta cuando???

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  6. No es muy dificil tocar mi fibra sensible, pero tu sin duda lo has hecho. Esta lagrima que cae por mi mejilla es por ellos, por todas esas familias que perdieron a alguien en ese fatidico dia. Pensamos que la humanidad ha evolucionado, que somos los reyes del mundo, actos como este no dejan ver eso..
    Un beso desde http://untoquedulcealavida.blogspot.com/ :)

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