Ésta es su historia.

Ésta es la historia de cómo un joven sin horizontes perdió la cabeza y se lanzó a la mayor aventura de todas, aún sin saber por qué ni cómo, aún sin saber lo que podía ganas y sin preocuparse en absoluto de lo que podía perder, que a decir verdad era más bien poco.

Ésta es la historia de cómo un joven perdido y solitario se encontró a sí mismo completo un día de verano, de cómo se olvidó de todo lo que había conocido hasta entonces, de cómo se olvidó de su mundo, de cómo se olvidó de un mundo en el que había estado atrapado más de dos décadas.

Ésta es la historia de cómo ese joven escapó, de cómo fue rescatado y de cómo vivió una feliz vida huyendo de todo aquello que ya no quería, de cómo corrió hasta quedarse sin aliento de la mano de una muchacha que, simplemente, estaba en el momento adecuado en el lugar adecuado; de una muchacha que se acercaba a mirar a través de las burbujas en las que vivía la gente, pero que un día, decidió acercarse un poco más a la burbuja adecuada.

De cómo a aquella muchacha no le explotó una mera burbuja, sino una sonrisa, la primera sonrisa de un joven que acababa de rendirse a la verdugo del sinsentido que abundaba en sus días. Ésta es la historia de cómo a veces no lo esperas, y pasa. De cómo ni lo imaginas, y resulta ser. Ésta es la historia de dos jóvenes que se cruzaron por casualidad una tarde de verano y cómo, desde entonces, los dos se han salvado de ellos mismos. 

Ésta es la historia de cómo una sonrisa robó un corazón, y de cómo ese corazón fue feliz lejos de su prisión, de cómo ese corazón brilló tanto como aquella sonrisa y de cómo el sonido de una risa delicada y sincera puede resumir el día clave de sus vidas.

Ésta es una historia que empieza una tarde de verano al otro lado de unas gafas de sol; es una historia que comienza esbozando una sonrisa; es una historia que se origina a partir de dos helados.

Ésta es la historia de cómo ese muchacho que no sabía nada del amor, se enamoró.