11.1.14

Resolución del concurso.



Lo primero que he de decir es que lamento haber tardado tanto. La principal razón fue que en plenas navidades me puse enferma y como comprenderéis, con fiebre y congestión no apetece mucho ponerse a juzgar textos, ya que además me ha costado organizármelos adecuadamente.

Y una vez organizados me di cuenta de un pequeño detalle que me disgustó bastante. La tercera imagen, la de los libros en la mesilla junto a la cama, no había sido apenas escogida. Sólo una persona que me parece digna de mención (Noa) se lanzó a la aventura y aunque su texto no ha llegado a los finalistas, he de decir que me pareció precioso y la animo a que lo publique en su propio blog para que así podáis disfrutar de él todos. Sin embargo, y como compensación, la originalidad también se ha hecho patente cuando dos concursantes no sólo escogieron las tres imágenes sino que lo que compusieron no fueron tres textos, sino uno con las tres.

Pero sin dar más rodeos, me gustaría dejaros con los dos textos que se han quedado a las puertas, en finalistas, ambos participando por la segunda imagen.

(Pinchando en los nombres podéis llegar hasta sus blogs)



EL MAPA DEL PLACER, por Amalia Cocco. 
Era de piel nívea, casi translucida si la observabas fijamente; suave, delicada, aterciopelada. Era una de aquellas pieles que te cautivaba y que te inducía a que la tocases, a que la dotaras de caricias, que la transportaras al mismísimo paraíso y que sólo la hicieras descender a base de orgasmos. Sus lunares formaban el mapa de éste vasto mundo; te exhortaba a que los besaras uno a uno y a que le contases mil y una historias sobre cada uno de los lugares que estabas visitando en su piel, pero no podías: estabas completamente perdido en ese desierto montañoso; estabas desconcertado, desubicado. Y la banda sonora que te acompañaba en ese peligroso viaje tan solo te turbaba más. Su voz ahogada, el sonido de su pelo contra tu cara, su delicada piel sobre las sabanas, su respiración contra el hueco de tu clavícula... todo aquello te impedía que te concentraras en contarle esas historias que ella exigía y que necesitaba para sentirse amada y deseada. Todos tus sentidos estaban puestos en satisfacerla sin palabras, en silencio, tan solo permitiendo que tu cuerpo le demostrase lo que ella tanto ansiaba escuchar. Tú creías saber que las palabras se las lleva el viento y que los actos son más importantes, porque quedan grabados en el alma, en el cuerpo; ella, en cambio, pensaba que las palabras quedaban tatuadas en la mente y también en el alma, que esos tatuajes invisibles dejaban una huella más profunda que los actos. Pero ninguno se preocupó de que ambos pudieseis tener razón, tú porqué deseabas zambullirla, y zambullirte, en el inmenso océano de los placeres, ella porqué quería que sus oídos fuesen acariciados de la misma forma que su piel transparente, blanca como la nieve, húmeda como el deseo que habitaba entre los dos y que os abrazaba, os acariciaba y os hacía sentir como en casa. 


SIN TÍTULO, por Lau. 
Una vez leí una frase que me marcó para siempre, decía así: " Él es un artista, y ella su pintura y su pincel". Me recordó a ellos, a dos suicidas, o lo que es lo mismo, a dos enamorados.
Él era escritor, él hacía arte con la yema de sus dedos, de su alma salían los versos que ella inspiraba, unos versos donde daba gusto perderse. Unos versos que él deseaba dibujárselos en la espalda y grabárselos en el corazón.
Y ella, ella era lo que toda mujer deseaba, era eterna, era la musa de un escritor. Ella solo se desnudaba para él. Y no solo físicamente. Ella le enseñaba su alma. Y eso era ser un privilegiado. Le dejaba ver sus monstruos, las sombras de su alma, su corazón podrido, los demonios que la consumían. Y él a cambio, la hacía inmortal en unos cuantos poemas.
Si leías entre las líneas de sus palabras, podías ver un amor que mata, un amor que mutila, un amor que destruye, y claramente, la mejor definición de amor.
Podías ver como ella se desnudaba de todas las formas posibles. Cómo él le grababa a fuego en la espalda las uñas de una noche de desgarro, podías ver el dolor reflejado en las marcas de sus labios en su cuello.
Podías ver, si te fijabas bien, a dos locos que solo se dejaban llevar por la codicia de sentirse infinitos.

La decisión final ha estado terriblemente reñida entre dos textos. A continuación, uno de los ya mencionados que participaron por las tres imágenes a la vez, tiene un grandioso segundo puesto que, de alguna manera, he de premiar.


SIN TITULO, por Sab. 
El frío de invierno chisporroteaba contra el calor que desprendía sus pieles al rozarse, contra las ganas que tenían los dos de morderse los labios, de acariciarse el alma.
El contraste del aire frío contra el latir de sus pulmones y el respirar de su corazón; el frío de la nieve contra el calor de sus sentimientos; el frío que se balanceaba sobre sus pestañas contra el calor que, sentado en las comisuras de sus labios, se reía del invierno.
Y allí estaban, plantados frente a la fachada de su mayor locura.
Él, con su asustada media sonrisa que la volvía loca y ella, con la piel de gallina y la nieve en las pestañas que le provocaban escalofríos a él.
Abrieron aquella vieja puerta de madera con miedo, y el crujir del suelo bajo sus viejas botas de montaña fue su única bienvenida. El ruido sordo del tiempo entre las grietas de la madera, el olor a años y años esperando para acoger a una nueva familia y pequeñas gotas de agua que se suicidaban desde el techo eran su única compañía.
Horas más tarde, ella se desperezó lenta y cómodamente entre las sábanas calientes, el frío de la nieve, el olor a sexo y el ruido de un viejo tic-tac que se niega a morir en la planta baja.
Se sentó desnuda sobre la cama y se abrazó a sí misma. Se acarició cada lunar de en sus costados recordando como la noche anterior él le había besado en el precipicio de cada uno de ellos. Revivió el calor que dejó sus labios como si de avivar un fuego se tratase, despacio pero con ganas. Con amor, como todo fuego, como todo calor.
Miró de reojo a la mesilla del lado de la cama donde todavía dormía él; estaban sus nueve libros favoritos. Fue lo primero que anoche sacó de la maleta y colocó cuidadosamente.
"Too much happiness. - Alice Munro."  Lo había sacado de la biblioteca el día que se conocieron y aún no lo devolvió, "es nuestro amuleto" le decía. Acariciaba sus páginas con tanto cariño como con el que le acariciaba a ella los huesos que, valientes -o cobardes- decidían asomarme a su piel.
Escribió en una servilleta del bar en el que el día anterior habían comido un grasiento sándwich: "Te quiero, sé feliz. Y sé que nunca me perdonarás, y quizá nunca me entiendas, pero mi mayor monstruo, desde pequeña, ha sido el amor."
Y se fue. Dejando la sed de lunares en unos labios que dormían sonrientes, una servilleta con tinta casi helada sobre la almohada; y al bajar, mató aquel tic-tac de cuco, único testigo de aquella cruda despedida.

Y, por último, el texto ganador que tanto me ha maravillado, tanto a mí como a la mayoría de aquellos a los que les he pedido opinión. Por su originalidad, por su lenguaje, hasta por ese pequeño detalle de utilizar una palabra latina. A continuación, os dejo este gran texto basado en la primera imagen de todas. Intentaré enviarle pronto el atrapasueños de premio, una vez se ponga en contacto conmigo (ya que no voy a ser yo la que acuda a pedirle sus datos, para así mantener el suspense).


MERULA, por While.
Se llamaba Eveleen, y era un suspiro en mitad de una tormenta de calor. No sabría cómo explicarlo, pero ella hacía que me diesen ganas de vivir, aunque no éramos nada, no había amor, sabéis lo que os digo, ¿no? A mí no me van esas gilipolleces, una persona puede estar perfectamente sola, pero ella, ella estaba hecha de una pasta diferente, sí, os lo digo en serio, fuera coñas ¿nunca habéis estado al lado de alguien que os transmite algo muy grande? No sabría decir qué es, pero me hace sentir vivo, inmortal, como si no hubiese nada malo sólo porque ella está a mi lado, con su halo de luz, con su mirada felina, con sus ojos oscuros como las alas de un mirlo. Aunque ella los odie, os juro que me recuerda a ese ave, y por eso a veces se me escapa llamarla Merula. Es una idiotez, claro que lo sé, pero me envuelve con sus brazos emplumados de esperanza, con esa mirada, con esos silbidos que la envuelven durante horas. Me hace querer elevarme por encima de mis posibilidades. Y al final acabo cediendo, y consiguiéndolo, todo hay que decirlo.
Nunca me he acostado con ella, no es que no esté buena, pero vamos a ver, que no es así, que nuestro rollo va más allá de acostarnos, besarnos y decirnos te quieros, es una amistad sana, porque es de las de verdad, de las que ya no quedan, de las que superan a todas esas parejas actuales. Ella tiene novio, y yo ahora estoy empezando con una que a ver qué pasa, pero es que nos sentimos libres cuando estamos juntos. Es algo muy raro, pero muy puro. Me siento blanco, sí, exacto, blanco. Como nevado, se me mete la nieve hasta en las orejas y siento que nadie me parará después de esa hora compartida con Merula, quiero decir, Eveleen ¿veis? Alucinante.
Muchas veces nos quedamos sentados en el banco de siempre, justo encima de una pequeña montaña que hay a las afueras de nuestro pueblo. Uno que no conoce ni su madre, pero bueno, allí nos quedamos mirando el tiempo, notándolo en la piel y las manos, pero sintiéndonos muy vivos, a cada segundo que pasa en mis ojos me siento más liberado de la vejez. Y eso que a cada segundo que pasa estoy recortando las distancias.

4 comentarios:

  1. ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! Joe, ¡qué feliz! Muchas, muchas gracias por realizar el concurso, de verdad, y me alegro infinitamente de que mi texto te haya gustado tanto como para estar aquí. Me alegra muchísimo haber ganado después de ver el nivelazo de los demás, de verdad, no sabes lo feliz que me has hecho *________________________* (en breves te mandaré el e-mail) *confeeeeti*

    batidos de
    vainilla
    ^^

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  2. La verdad que también me había gustado mucho el ganador aunque en realidad todos son geniales
    (teniendo como referencia unas fotos taaaaan bonitas normal)
    Un besito Yaiza

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  3. Muchísimas gracias por este concurso y por haberme mencionado; es un honor. También, tras leer todos los que están aquí, además del relato ganador, quiero felicitarlas a todas: sus textos son una maravilla. Normal que te haya costado decidirte :D

    PD: El eBook lo he aplazado para después de los exámenes, que estamos todos un poco pillados de tiempo u.u

    Un abrazo!

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  4. Todos los textos son preciosos como ya había imaginado. Me alegra que mi texto te haya gustado tanto y, claro, cualquier día te haré caso y me animaré a colocarlo en el blog.

    Enhorabuena a los finalistas. <3

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