26.7.13

Estrellas, fieles compañeras.

Millones de puntos luminosos se entremezclan en el horizonte como las aguas de dos ríos afluentes, poco a poco, y de repente, ya no se distinguen. Las luces de las calles, las ventanas de los edificios, las farolas, todos esos vehículos. Si ya lo decían, la ciudad nunca duerme. Y las estrellas, cuya presencia se vislumbra más allá de lo visible, más allá de los edificios, incluso del mar, más allá de las montañas o, por qué no, más allá de ellas mismas.

Mirar al cielo por la noche era el único modo de no sentirse solo. Las estrellas le arropaban, a ellas no les importaba cuál fuera su preocupación, su angustia, porque ellas estaba allí todas las noches, a veces también estaban durante el día, aunque no las viera nadie. Acudían a su cita fieles a su horario de invierno, noches frías y heladoras en las que sólo su luz puede iluminar su camino.

Se encuentra en la soledad de su increíble compañía. Millones, incontables estrellas que escuchaban sus latidos y sus suspiros. ¿Era suficiente? A veces, sí. A veces no necesitaba nada más que subir a la azotea a la hora perfecta y perder su mirada en el cielo. Subir más alto que todos esos focos de luz que a veces eclipsaban a sus amadas estrellas. Todos esos focos de luz, que se movían sinuosos entre las calles atrayendo a almas solitarias sin rumbo en la noche, esas almas solitarias que, quizá, lo único que necesitan es mirar un poco más allá de las luces de neón y los faros de los taxis que en noches como aquella no se detenían ni a expirar el último aliento de un cigarrillo barato.

Y con la espontánea imagen de es fuente de nicotina, sintió el deseo de consumir algo del mismo modo que él estaba siendo consumido. Abrió su cajetilla, y con una breve llama que tan sólo por un instante brilló más que esas estrellas a las que se aferraba cada noche, terminó la desolación que le llevaba a subir en silencio, con las manos en los bolsillos de su chaqueta, todas esas escaleras a ninguna parte, tan sólo con el destino de sentirte, por unas horas, un poco menos pequeño.




Hola, chicos. Hoy venía a haceros un importante anuncio. Desde hace ya algún tiempo, vengo preparando con Sab un nuevo proyecto que, no os vamos a engañar, nos tiene muy ilusionadas. Por eso, tras muchos días de preparativos y mantenerlo en secreto (lo cual ha sido un duro trabajo), esta semana ha visto la luz. El miércoles fue lanzado al público el pequeño adelanto que resulta conocer a los personajes, y el jueves fue lanzado el primer capítulo de lo que esperemos sea una historia que os enganche tanto como nos engancha a nosotras mismas. Podéis acceder clickando aquí:
Sangre caliente en el tintero.
(Cada jueves habrá un nuevo capítulo.)
Yo os animo a que, además de leer el primer capítulo, comentar que os ha parecido y haceros seguidores (¡por favor!), naveguéis por los enlaces que encontraréis en la barra lateral, para conocer así algo más de los personajes principales y comenzar a sentirte parte de todo esto. ¡Será un placer veros por allí!


5 comentarios:

  1. Estrellas. Me encanta observarlas (siempre que se pueda, claro). Cada día escribes mejor Yaiza. No sé de dónde sacas las ideas pero, espero que no se agoten nunca.

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  2. Ay, estoy con Martus en todo.
    Estrellas. Que preciosidad. Qué situación nos has puesto, que tentadora de desear.
    Tú imaginación vale oro.
    Te quiere,
    Lau.

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  3. Estrellas.
    Me gusta. Después de estar 3 días rodeada de estrellas (Por Madrid no se ven, y cuando salgo de aquí, por la noche lo primero que hago es mirar al cielo y contemplar las estrellas.)

    Yo también pienso que tu imaginación vence fronteras y que ojalá no se acabe nunca. Aunque una gran artista nunca agota sus ideas. Así que... Confío en ti.

    (Voy a pasarme por vuestro nuevo blog. Seguro que me encanta.)

    Besos,
    Te admira muchísimo,
    Mir.

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  4. Me gustan las estrellas. Tengo un gran fanatismo por ellas, aunque últimamente no tenga mucho tiempo para verlas. El texto es precioso, como de costumbre. Respecto al blog, pues mira, yo no soy mucho de leer, ya veré que tal si eso, pero no prometo nada.
    Todavía espero un correo.
    Se te quiere y esas cosas ;)

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  5. Amover las estrellas! pierdo la mirada, el pensamiento. Pierdo todo!

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