6.1.13

Soldado 575 - I.

Los gritos en un segundo plano. Disparos sordos, con silenciador. ¿Por qué? Si no hace falta, mira dónde estamos. Disparos lejanos, pero están aquí cerca. Cae al suelo, poco a poco, suspendido en el aire. Suena el metal del arma que sujetaba caer sobre la arena. Se levanta polvo cuando por fin queda tendido tras el largo viaje del desplome. Un larguísimo viaje, en el que no tuvo tiempo de gritar siquiera una blasfemia.

Ni fuerzas para hablar. Cierra los ojos con fuerza, y nota la sangre salir. Ella sí que tiene prisa. ¿Para qué? No puede hacer nada. Nadie puede hacer nada. Allí él es uno más. Allí él es tan sólo un número, un apellido probablemente repetido. Una placa de metal colgada al cuello. Tan sólo eso.

Disparos sordos, sin silenciador. Pero él no los oye, él no escucha nada. Sólo su corazón latir, latir con fuerza, y eso no le ayuda. Late rápido y con intensidad. Le suplica que pare, que pare de una vez. Abre los ojos y tan sólo ve a sus compañeros. Puede que ni se hayan percatado de que ha caído abatido. Uno de sus mejores amigos está cerca, se refugia tras un tanque de agua... ¿Qué hacía él para que le alcanzaran? ¿Por qué no se estaba refugiando?

Cierra los ojos. Visualiza el momento, pero le es imposible. Sólo siente dolor. Dolor y lentitud. La lentitud de caer, de acabar con todo. Traga saliva. O quizá sangre, no está seguro de qué es lo que hay en su boca. Y masculla algo, quién sabe quién lo habrá escuchado. Un soldado más se acerca, apresurado, derrapando en el último metro con la cabeza bien agachada y levantando más polvo. Polvo que le va sepultando, para que se acostumbre.

Un soldado que grita, le suplica que le mire mientras le golpea la cara, un rostro lleno de heridas que ya ni duelen ni escuecen. Pero él no ve ya nada. Tampoco le escucha. Tiene la mirada perdida en el azul cielo, que es más fácil y hermoso. El soldado busca la herida... Hay mucha sangre. Disparos sordos a su alrededor. Los gritos están en mucho más que un segundo plano. El soldado busca la placa. La placa de su número... Porque sólo es eso, un número. Un apellido. Allí él no es nadie. Sólo una baja más, ¿qué tenía él que le hiciera especial? Tan sólo era una rata más con un rifle apuntando a otras ratas con distintos rifles. Qué absurdo.


El soldado 575 del segundo batallón enviado a combate fue la baja número 12 de los 37 hombres que murieron aquel día. Tan sólo un número. No fue el único, sólo uno más. Él no era especial, porque en la guerra todos son iguales.


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HE VUELTO.
He tenido una grandísima crisis creativa que no sólo me ha tenido frustradísima sino que se ha aliado con un breve viaje que hice durante las Navidades y una larga semana de malestar general que me impedía pensar con claridad. Por suerte, ya estoy casi recuperada por completo y justo cuando doy por perdido encontrar algo que publicar... ZAS. Vienen las ideas. De hecho, estaba pensando en no publicar indefinidamente por falta de creatividad, pero creo que ya no será necesario.

Si sois avispados, y sé que sí, os habréis dado cuenta del "I" que hay en el título, y de que eso sólo lo utilizo cuando va a haber segunda parte. Así que atentos. Esta es la primera entrada de una pequeña (o quizá no tan pequeña) serie de entradas bélicas que iré publicando, como siempre, poco a poco.

Opiniones sobre la guerra a parte, siempre me atrajo mucho todo lo bélico como ficción. Y yo nunca había escrito nada sobre la guerra, así que aquí lo tenéis. Y volviendo a la guerra y su transcendencia, no me quiero manifestar demasiado porque me gustaría plasmarlo todo en esta corta historia que os voy a contar por partes. Vosotros, sois libres de manifestar todas vuestras opiniones en los comentarios.

No me quiero ir sin anunciaros que el número de noviembre, recientemente publicado, de Amateurs Hotel incluye cuatro textos que ya fueron publicados aquí (con alguna que otra corrección) y una entrevista que me hicieron. Por favor, me encantaría que os pasarais a echarle un vistazo a la revista y retaros a encontrarme, no os costará demasiad. Aquí os dejo el enlace:
(Y por qué no, os animo también a participar en este sitio web que os da la oportunidad de aparecer publicados: ¡mucha suerte!)

PD: En cuanto a las imágenes, mucho me temo que todas son reales.
PD2: Espero que hayáis pasado felices fiestas. Yo vuelvo de ellas con los 18 años en el bolsillo :3

7 comentarios:

  1. ¿Soy la primera? WOW.
    Tal vez no merezcas mi comentario ahora mismo, Yaiza, mi corazón está un poco desbocado por culpa de un gilipollas.
    Pero no he venido aquí para hablar de mí, como siempre, he venido a decirte que es maravilloso.
    A ver, voy a centrarme en escribirte uno de esos comentarios que hace mucho que no te escribo.
    *ejem ejem*
    Yaiza, tu... manera, de describir la situación, ese maldito detalle del polvo acostumbrando al soldado derrotado a estar sepulado bajo el olvido. Ese detalle del número de un pedazo de metal sobre un ardiente pecho que se enfría según la muerte recorre sus venas. ¿Pero qué haces?
    ¿Tienes la poca dignidad de pasarte por mi blog a decir que qué suerte el poder escribir así, haciendo tú tales obras de arte con las palabras y con una situación tan (jodidamente) real?
    Yaiza, por favor, no pares de escribir. Y no olvides nunca nuestro repentino golpe de sinceridad de ayer, ¿vale? Porque era todo verdad.
    Porque, al igual que mucha más gente, no quiero que dejes de escribir así nunca.
    Un beso,
    S.

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  2. Yaiza, como siempre te digo: ME ENCANTA COMO ESCRIBES.

    besos

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  3. Me frustras Yaiza. Los textos míos no sé, pero para comentar soy un tanto (muchísimo) mala.
    ¿GUERRA? Siempre me ha atraído ese tema, no pienses mal. La verdad es que no sé si esto es otra crítica de las tuyas (que por cierto, las adoro), pero es... es... INCREÍBLE. ¿Qué don tienes? YO LO QUIERO.
    "Esta es la primera entrada de una pequeña (o quizá no tan pequeña) serie de entradas bélicas que iré publicando" Te amaré de por vida, y si sigues así, escribiendo, superándote, sorprendiéndonos, ayudándonos como lo haces, mucho más.

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  4. Quiero más de estas crisis creativas porque cuando vuelves me dejas ALUCINADO.
    El texto esta genial, esta temática me encanta, esta muy bien redactado y las imágenes ayudan a meterse en la historia.Me a gustado mucho sigue así enana.

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  5. Yo no sé.
    Creo que voy a robarte la cabeza y ya está... Yo también quiero tener crisis creativas y después volver con estos textacos. En serio, a mi me matas cada vez que leo un conjunto de letras salidas de "tus dedos"
    En fin, dejando ese tema de lado, que al fin y al cabo sólo estoy incrementando el odio que te tengo. Decirte, que hija mía, vales tanto para hablar de una escena romántica, como de una escena bélica y a mi eso me da demasiada envidia.
    Sí, creo que voy a irme yendo, porque acabaré en tu casa.. con un asesinato.. ya sabes..
    en fin. Me voy.
    SIGUE ASÍ.. SIGUE ASÍ SIEMPRE.

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  6. ¿Me crees si te digo que no sé qué decirte? Ya no encuentro palabras, Yaiza. Y menos unas distintas las que han usado ya mis amiguetes de aquí arriba. Diría que eres impresionante, como ha dicho Sab, y que escenificas la muerte de una forma única. Me has hecho sentir el dolor del soldado 575, abandonado a su suerte en medio del pelotón. Y DIOS, no he podido evitar quedarme con la frase 'Polvo que le va sepultando, para que se acostumbre.' Es que joder, es tan dura, tan dolorosa, y a la vez tan real. Te diría que no dejaras nunca de escribir, como ya te he pedido tantas veces y como también te pide Laura, porque es un placer quedarse atrapado entre tus letras. O te podría decir, como ya ha dicho Mir, que sirves tanto para relatar un encuentro de dos enamorados como la más trágica muerte, sin siquiera despeinarte. Te podría decir que te admiro, y que espero que esos torrentes de inspiración nunca dejen de alimentar tu imaginación, como te he dicho desde siempre. Dicho esto, me retiro a editar las fotos de Barcelona :3

    Un besazo,

    Daw

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  7. Esa crisis creativa, te ha dejado una catarata de creatividad!!!
    Besos querida!!

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