23.7.12

A orillas del abismo II.


Tres horas antes.

El humo de los cigarrillos, las risas de los amigos y las conversaciones sin sentido. Sólo ellos comentando los anuncios de la televisión en una aburrida tarde de invierno. Pero de pronto, un teléfono suena. Y las bromas de todos pasan desapercibidas para Ryan al reconocer su número en la pantalla.

Ella. Ella, que ha desaparecido de su agenda intentando ser olvidada, pero que aparece en todos sus sueños con la esperanza de ser abrazada. Para él, silencio. Mira el teléfono, todos saben lo que ocurre. Le miran. Más silencio.

Ella, que se marchó sin decir nada pero llama cada tercer martes de cada mes. Un parpadeo lento que todos escuchan. Se levanta, y no dice nada. Todos le miran marcharse sin nada que pueda detenerle. Ella, que cuando él contesta sólo dice "Espero que no me hayas olvidado". Él, que no sabe que decir, que sólo la escucha decir mentiras. Él, que se las cree todas, que no tiene nada que hacer. Ellos, que se quieren y se odian.

Él, que traga saliva con sus "Te quiero", que llora con sus "Te sigo amando" y que cuelga con sus "Algún día volveremos a estar juntos". Él, que no quiere ver a nadie y que huye lejos. Él, que quiere pensar a solas, que conoce el lugar perfecto.

Ahora.

Sus pies se mojan en las gélidas aguas de la desembocadura de un río poco caudaloso que rodea la ciudad que les vio compartir noches interminables entre besos, risas y caricias. La ciudad, que alumbra con sus luces cada partícula de niebla de un frío atardecer. La ciudad, que resulta grotesca cuando se busca paz.

"Me quedo aquí" musitó con un hilillo de voz, conteniendo lágrimas que sabían a sus labios. Sus labios, que recorrían su cuerpo con inquietud en noches como aquella de hace ya demasiado tiempo. Sus labios, que pronunciaban palabras falsedades a dos centímetros de los suyos. Sus labios, que sabían a dulzura y lujuria.

Su amigo negó con la cabeza. Con las manos en los bolsillos se dio la vuelta y alzó la vista hasta el cielo buscando una respuesta. El cielo, que se preparaba para descargar. El cielo, que reflejaba en sus nubes negras el sentimiento de impotencia de Ryan.

"¿Qué esperas conseguir aquí?" gritó su amigo enfurecido con la suicida actitud de Ryan.

Ryan no respondió. No volvió a decir nada. Nunca. Su amigo se marchó cansado de insistir. Los labios de Ryan, los que la habían besado cuando ella todavía no tenía a nadie más a quién querer, comenzaban a estar azules. Sus dedos, los que habían jugado con sus rizos en las noches de verano, estaban morados. Su corazón, el que latía por su respiración, se había acelerado.

Su amigo, el que más había aguantado a su lado, se marchó de allí. Su amigo, el que le defendió cuando todos decidieron cansarse de sus tonterías, el que ahora también se había hartado. Su amigo, el que nunca volvió a ser el mismo.

Y él, y Ryan, que lloraba frente al mar cuando se acercó al acantilado a echar un último vistazo a un horizonte invisible cubierto de niebla. Sus dientes chasqueaban. No podía siquiera pensar con claridad. ¿Qué estaba haciendo? Hipotermia. Observó el horizonte, el que desaparecía tras kilómetros y kilómetros de espesas nubes que le recogerían en una dulce caída que acabaría con todo, incluso con el frío.



Para Ryan nunca más hubo orilla alguna. Para él, sólo hubo abismo. Un abismo pálido y muerto. Frío, gélido.
Un gran y eterno abismo en el que ya no existían ni los recuerdos ni el dolor. 
Para Ryan ya no hubo llamadas el tercer martes de cada mes.
Para Ryan ya no había nada.
Ahora, los que lloraban en las orillas del abismo eran los que en su día no entendieron lo duro que era perder a alguien. 
Y ni siquiera Ryan podrá hacer algo para que esas orillas sigan siendo orillas.
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Un poco largo, ¿no?
Hoy no hay demasiadas cosas que reseñar, sólo decir gracias a todos los que comentáis porque de verdad que es lo que mantiene esto a flote.
En cuanto a la entrada... Bueno, últimamente no hay ninguna que me acabe de convencer, aunque me alegro de que la anterior os gustara.
Y sí, la verdad es que creo que puede haber tercera parte (esa ya será la última).

Comentaad :)

5 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho esta historia!
    besos, guapa:)

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  2. hmmm tenía ganas de leer la segunda parte :)
    Será larga pero mejor, porque así disfrutamos más como escribes. En serio Yaiza, cada vez me enamoro más de tu blog. Y esta entrada a sido, por lo menos para mí, no se para el resto, totalmente inesperada :/ Pero tengo que admitir que me a encantado.
    Gracias por estar siempre ahí.
    -Laura.

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  3. Me ha encntado la segunda parte, y la parte del final me ha dejado muy sorprendida! A ver qué nos cuentas en la tercera parte, espero poder verla antes de irme el domingo, porque sino no la podré leer :( Pues nada, que sigas escribiendo tan genial!
    xxx
    http://girlsjustwannahavefun14.blogspot.com.es/

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  4. Puff una entrada fascinante! y un blog increíble! Te sigo sin dudarlo, pasa unas buenas vacaciones guapa! y espero una nueva entrada pronto :)
    Te dejo mi blog por si quieres pasarte, si te gusta sígueme ;) estaría genial!
    Un beso enorme desde:
    http://disfruta-del-amor.blogspot.com.es/

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  5. Dios! >.< ya nose ni cual me gusta mas >.< si la anterior, esta, o alguna que publicaste hace tiempo >.< me has dejado >.< dios es que no hay palabras >.< impresionante! o mas que eso! nose >.< ha sido increible, me daba igual lo larga que fuera, estaba tan centrado en lo que pasaba, en lo que realmente trasmitias en cada una de las palabras, y por si fuera poco, yo que pensaba que este iba a ser el fin de una de tus ''mini historias'' que solian llegar solo a dos entradas, vas y dices que quiza una tercera? una tercera?! nose si lo vas a hacer o no, pero yo estare encantadisimo de leer una tercera parte si la quieres hacer, y si no la haces, me quedo con estas dos, que sin duda, me han enamorado completamente. No cabe duda alguna, de ''mini historias'' nada de tulipanes, me quedo con el abismo ;)
    (K)

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