Cuando somos pequeños, jugamos a ser mayores. Jugamos a imitar todo lo que hacen, su vida. Jugamos a ser ellos. Jugamos a las casitas, a papás y a mamás y a cualquier profesión que se nos pase por la cabeza. Jugamos a que somos detectives que resolvemos casos insospechados. Jugamos a que somos bomberos que rescatamos gatitos y bebés de edificios en llamas. Jugamos a ser la señora de la casa, la típica ama de casa, la que lava, friega, limpia, cocina, cuida de los niños, etc. Jugamos a que tenemos problemas de mayores, como que nuestro marido (el primer niño que hemos encontrado) ha llegado tarde a casa sin avisar. Jugamos a que tenemos cotilleos que contar, sentándonos en torno a una diminuta mesa con tazas de plástico y beber con el meñique estirado como personas refinadas mientras reímos y nos escandalizamos a partes iguales de lo que dicen el resto de personas sentadas a la mesa, aunque sean peluches. Jugamos a ser ellos. A ser mayores. A imitarlos. Desde pequeños, siempre lo intentamos. Intentamos ser como ellos. ¿Qué pasó entonces?

Creces y te das cuenta de la realidad. Te gustaría volver atrás. Sin preocupaciones. Pero ya no hay marcha atrás. Ya eres mayor, ya eres lo que querías. Tendrás que acarrear con todo lo que ello conlleva.
preciosa la entrada y super real. Me gusto tu blog y sobre todo el sentimiento con lo que lo escribes todo. Te sigo vale? Pasate por el mio si quieres! Un besoo :)
ResponderEliminarhttp://www.mejorcambiamosdetema.blogspot.com
Me encanto la entrada.Besos! te espero en http://karenpaolarm.blogspot.com/
ResponderEliminarLeyendo esto he sentido una profunda nostalgia. Últimamente no he hecho más que pensar en este tema. Ojalá pudiera volver a ser pequeña, a jugar, a dormir la siesta, a no entender de lo que hablan los mayores y sobre todo a tener esa ingenuidad que hace realmente bonita la infancia.
ResponderEliminarNi siquiera nos damos cuenta de cuando dejamos de ser niños para convertirnos en adultos, pero la realidad es así. Dura, y muy real.
Una vez más, me ha llegado lo que escribes. Esperaré con ansias la próxima entrada.
Muchas gracias por pasarte, y me alegra muchísimo que te esté gustando la historia que escribo por ahora :)
¡Un beso muy fuerte!