5.8.13

Con acento francés - I.

En aquellos momentos, parecía tan sólo una sensación. La sensación de la presencia de un superávit de personas, la sensación de un murmullo general por encima de las teclas del piano que el silencio entonaba para sus oídos. Sólo una sensación, que ahogaba con la imagen que ante sus ojos se encontraba.

Fue justo en ese punto, en ese instante frente a la Victoria de Samotracia. Su figura etérea, su voz casi difusa que viajaba dubitativa hasta sus oídos en forma de casi susurros, como si no quisiera que nadie más le escuchara. No la miró, no le dirigió una sola mirada que a ella le permitiera corroborar la veracidad de la escena. Tan sólo la miró a ella, a la Victoria, y cautivado por la fantástica técnica de los paños mojados, observando como el escultor había conseguido reflejar una anatomía perfecta, dijo con un marcado acento francés, "el arte no es para verlo, es para sentirlo".

Tan sólo unas palabras habían conseguido que quedara prendada de aquel hombre del que desconocía incluso su existencia. El contacto visual seguía sin darse, y ella ignoraba a la hermosa obra clásica, pues toda su atención se centraba en aquel misterioso individuo que, junto a ella, estudiaba con gran detenimiento las alas de ese fantástico ser que se erigía de manera divina frente a ellos. Tal era la instantánea conexión que sintió, que le pareció estar escuchando la misma sinfonía que estaba segura que él también escuchaba en sus oídos.

"Millones de personas pasan por aquí cada año, y sólo unas cuántas somos capaces de intentar ver más allá de lo que todos ven. Y todavía menos somos aquellas que consiguen sentir verdadera fascinación por una estatua sin cabeza", sus palabras eran firmes, su voz grave y agradable. Podría haberse pasado horas escuchándole hablar.

Y a la vez que una guía de voz aguda escupía datos aleatorios sobre la Niké, él consiguió que el murmullo desapareciera, tan sólo por un instante silenció a todos aquellos turistas, inexpertos en los secretos del arte, novatos contemplando una belleza que no todos ven. La miró. La miró detenidamente.

"Te espero en la pirámide de cristal en cuanto el museo cierre sus puertas". Y tan pronto como sus palabras llegaban a su fin, se desvaneció, camuflándose entre la muchedumbre mientras el murmullo se elevaba sobre el delicado piano que había acompañado su unidireccional conversación. Tras mirar unos segundos a la nada, dirigió su mirada de nuevo a la Victoria, que aún sin rostro pareció susurrarle, en el mismo acento francés con el que aquel misterioso hombre la había atrapado: "Sé que vendrás". Pero no era ella quien hablaba, seguía siendo él desde alguna parte del museo, desde alguna parte de su imaginación, desde alguna parte de su alrededor, oculto entre tanto ser mediocre cuya atención no merecen.




Ya disponible el segundo capítulo de "Sangre caliente en el tintero", escrito por Sab.
Cada jueves, un nuevo capítulo.
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7 comentarios:

  1. Es genial porque pone '- I.', osea... que habrá segunda parte... osea... que yo seré feliz.
    Comprendo a esa chica, normal que se quedara prendada de él si viene y le dice eso.
    Ay, por Dios, que incógnita todo, que tuyo.
    Sigue pronto, pls.
    Te admira y quiere,
    Lau.

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  2. Me encanta, me encanta porque el otro día hablamos del Louvre, porque sí. Porque es precioso. Y porque viva el arte.
    Y me has hecho imaginar, que yo estaba ahí, que yo era esa chica a la que citaban más tarde en la pirámide. Y aaaaaaaay. Sería el chico perfecto. Aunque bueno, tengo ganas de leer la segunda (tercera, cuarta, quinta, dieciochomil) parte y a ver que pasa en la oscuridad de París, entre esos, dos.

    Te quiere,
    Mir.

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  3. Supongo que en la vida hay personas de todo tipo, y de todos los gustos, pero sobre todo, ignorantes del arte. Me considero entre una de estas, exceptuando la música, que siendo arte es lo que más admiro. Por lo demás, supongo que debería admirar un poco más el arte, aunque entre las pequeñas cosas que sé de escultura y pintura, por suerte, se encuentra Victoria de Samotracia, ya que siempre me liaba con la Venus de Milo. Como no, el acento francés en un sitio como el Louvre. Me siento más español admirando el reina sofía o el museo del prado, pero siempre he sido de pensar que el arte podría estar todo junto, y no separado por el mundo. Victoria de Samotracia, hallada sin cabeza, extraño ¿No? Quizás es muy guapa, por mi parte la prefiero sin cabeza ni brazos, para mi ya es angelical así. El texto es una maravilla, porque viniendo de ti, entre todo lo que dibujas y escribes, algo artístico tenía que salir, y como no, se nota por aquí un poco de pasión por el arte (espero no equivocarme).
    Dicen que las segundas partes nunca fueron buenas, la verdad, el chico hace que tengas ganas de saber de la segunda, pero no nos engañemos, yo siempre he querido tus segundas partes (y de terceras ya no hablemos)
    Sigue así, y bueno, que se te quiere y esas cosas

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  4. Qué genial como escribes! He encontrado tu blog por Mir :) La verdad que me has hecho meterme en la historia, con lo que me gusta el arte a mi el arte! Has conseguido una seguidora por eso y por lo bien que escribes.
    Un besito, nos leemos.
    http://theworldofthelettersanddreams.blogspot.com

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  5. Lo primero, siento haber tardado tanto en pasarme. Tú no necesitas explicaciones, sabes mejor que nadie el por qué.
    Lo segundo, me arrepiento. Estás mejorando, no sé cómo lo haces y créeme, yo quiero tu truco; porque es increíble como narras una pequeña y delicada escena que, si ya de por si es mágica, tú le das un toque de ingenio y dulzura. Míranos, nos tienes a todas desenado ser esa chica. Desde luego, Yaiza, si es verdad que antes escribías como la mejor pluma que pueda haber bailado sobre pergaminos en la historia de nuestro país, ahora... ahora escribes todavía mejor.
    Pagaría mucho por tener un libro tuyo, (aunque tengo la esperanza de que me hagan algún descuento, por enchufe y esas cosas).
    Esta entrada tiene un "noséqué" que en realidad sí sé qué es. Es que mezclas arte. Has creado una bomba. Escribes de maravilla y narras esa pequeña conexión mágica entre dos personas y aún encima los rodeas de arte. Más arte. ¡ARTE POR LOS CUATRO COSTADOS!
    Y me encanta. Quiero la segunda parte, porque sé, que en algún rinconcito de tu cabeza, ya hay hasta la tercera, ¿me equivoco?

    Te admira,
    inexplicablemente e indemostrablemente,
    S.

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  6. Yo: Yaiza, Yaiza, Yaiza, Yaiza, Yaiza, Yaiza, Yaiza.
    Tú: ¿Qué quieres?
    Yo: ¿CÓMO LO HACEEEEEEEES? A ver, quiero decir, en la vida real, esta escena serían quizás un par de minutos, cinco como máximo, y tú lo has convertido en todo un placer de leer con tus descripciones y adjetivos y frases preciosas.
    Tú: Cálmate, anda.
    Yo: No, no me calmo joder, es que estás mejorando mucho y yo ya estoy ahorrando dinero para comprarte un libro porque ¡tienes que escribirlo! Y que se venda en medio mundo y sea best-seller y... *se queda sin respiración*.
    Tú: ¿Entonces te ha gustado la entrada?
    Yo: Gustado no, ENCANTADO. Sigue así, por favor.
    Tú: Bueno, me alegro, ¿puedo ir a marginarme otra vez ya?
    Yo: Claro. Ah y, Yaiza, Yaiza, Yaiza, Yaizaaaaa.
    Tú: ¿QUÉ?
    Yo: Te admiro mucho.

    Daw.

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  7. Es la primera vez que paso por tu blog, y solamente por leer esto seguiré pasando por aquí. Me gusta mucho cómo escribes, cómo describes toda la situación a la perfección. También me ha encantado la fuerte conexión que hay entre los personajes, cómo pueden evadirse el uno en el otro entre tanta gente. La verdad es que cuando terminé de leer la entrada me quedé con intriga de saber qué pasa, me atrapó ese: "Sé que vendrás". Ojalá escribas una segunda parte, que tengo ganas de leer más. ¡Felicidades por este gran blog! Y gracias por hacerme disfrutar con tus palabras :)
    Un beso. ;P

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