21.4.13

I fell in love on the seaside. I

"¿Por qué has vuelto?", se pregunta en silencio.

Pero, ¿quién es el que ha vuelto? ¿Ella? ¿Él? Simplemente, ¿el pasado? La observa respirar relajada, tumbada de costado en esa cama que tantas noches de verano les había refugiado. Las sábanas frescas que contrastaban con sus ardientes cuerpos, sus cálidos besos, sus fervientes deseos. Pero las cosas habían cambiado mucho.

La templada luz de la temprana mañana se colaba fugaz por las ranuras de la persiana, y bañaban su pálida tez, dejando relucir el suave e inperceptible vello de su piel, diminutos y finos cabellos rubios que le recordaban el reflejo de lo que había sido un verano perfecto en su compañía, con el sol de cara y las sonrisas flotando en la agradable brisa marina. Pero ella seguía dormida, y quién sabe si alguna vez había soñado con aquellos hermosos recuerdos, que hubiesen permanecido perfectos de no haber vuelto para estropearlos.

La continuaba observando, desde la esquina de la cama, donde ella a veces le obligaba a sentarse mientras le cantaba alguna canción de su grupo favorito, y luego le acariciaba y besaba en el cuello, hasta que él ya no se podía resistir y las sábanas les hacían de las olas que tenían que surcar, con su respiración acompasada al sonido del mar, que tan sólo a unos metros de aquel lugar, de aquella caseta de madera a pie de playa, se sacudía enfurecido, peleándose violentamente con las olas. Como sus pensamientos en su cabeza o sus sentimientos en su corazón. Y cómo dolía.

Sobre todo, cuando los pensamientos y sentimientos se mezclaban, y su salada espuma acuosa se convertía en los recuerdos perfectamente dibujados de aquella chica risueña y atrevida, que conoció aquel lunes a primera hora de la mañana, bailando bajo las gaviotas y nadando según la corriente. "Hasta donde me lleven las olas", dijo. Y le llevaron hasta él. Pero ella ya no era la misma, y ya no eran las olas las que la guiaban. O quizá fuera él el que no fuera el mismo. O ambos. O quién sabe, quizá simplemente era un amor de verano, de esos que hay que dejar estar en el verano.




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Obviamente, va a haber más partes para que podáis comprender esta pequeña historia.
Os ruego que me perdonéis por esta demora, me ha sido imposible traeros algo nuevo, tanto psicológicamente (la semana pasada no fue de las mejores) como físicamente (segundo de bachillerato es una continua época de exámenes).
Gracias por vuestra eterna paciencia.
Aún así, lamento comunicaros (a los que preguntasteis) que no habrá segunda parte de la entrada conjunta, pero que todas las que participamos os agradecemos el apoyo recibido. Nos encanta que os gustara tanto.
Y en cuanto a la entrada anterior, hubo gente que ha pedido una tercera parte que no pensaba hacer. Me lo pensaré, no prometo nada.

8 comentarios:

  1. "hasta donde me llevan las olas, dijo. y la llevaron hasta él" me ha enamorado *-*
    Los amores de verano es lo que tienen, que cuando llega el frío es demasiado tarde para saber decir adios, pero son frágiles y no saben vivir sin el calor del sol. Son más resistentes los amores de invierno.
    Un besazo Yaiza, como siempre impresionada.

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  2. Aunque pasen días, semanas y meses sin pasarme por aquí jamás dejarás de sorprenderme y, sobre todo, de emocionarme con cada una de tus palabras. ¡Eres genial, genial! Lo sabías ¿verdad? Espero con ansia la continuación de esta historia.
    PD: me pasaré más a menudo, más que prometido.

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  3. Primero, como ya sabrás, el título me encanta jajajaj qué recuerdos, enseguida me ha venido la canción.
    Además, la entrada me ha encantado y no miento si te digo que estoy ansiosa por leer la segunda parte, pero sin agobiarte eh jajajaja En verdad podría animarme a crear una historia por partes, como las que creas tú. Pero no tan geniales, tranquila jajaja
    Yo no sé cómo lo haces, pero cada vez que te leo me entran unas ganas de escribir y de crear una maravilla tan grande como todas las que creas tú...
    Bueno, y del texto, ¿qué decir? Me ha encantado el pensamiento de dejarse arrastrar por las olas. Sinceramente, yo soy incapaz, cuando empiezo a dejarme llevar mi conciencia me pega un cachete diciéndome "por ahí no" y ya me convierto en otra esclava de la razón...
    Bueno Yaiza, dejo de enrollarme ya, simplemente GENIAL.

    Te admira,
    Ana.

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  4. genial, increíble la cantidad de textos tan buenos como este que uno encuentra en el mundo del blog ¿no? en serio, adoro cuando describen tan bien una escena, te hace meter de lleno en la trama.

    P.D: no quiero que parezca que solo me paso para hacer propaganda, pero quería aprovechar la oportunidad para comentarte que estoy participando de un concurso en la feria internacional del libro de buenos aires y me sería de mucha ayuda que pusieses un "me gusta" en facebook al siguiente video(gana el que más mg tiene, somos tres videos finalistas)

    click para ir directamente al video

    desde ya muchas gracias , y perdón por la molestia.

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  5. Me encanto, me imagine todo como si yo lo viviese, aunque triste el final, debe de doler decir adios a los recuerdos del verano y mas aun de un amor, enhorabuena por el texto, hacia mucho que no te leia a mi me ocurre igual 2ºbachillerato me impide hacer tantas cosas, pero ya queda menos.
    Besazos :)

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  6. Em, hola, odio infinitamente haber tardado tanto porque, tú con tu texto me dejas sin palabras, y lo único que sale ya lo han dicho. A ver, allá voy.
    ¿Qué decirte que no te haya dicho ya? Que tienes un don, eres increíble en esto como en tantas otras cosas.
    Espero leer pronto la segunda parte.
    Ah, y, me tienes en WA para hablar de lo que quieras si lo necesitas.
    Te quiere,
    Lau.

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  7. Los amores de verano vienen y van, es algo que se acaba aprendiendo con el tiempo. Bueno, en realidad casi todos los amores (de verano o no) vienen y van.

    Entre tus palabras, mi imaginación que me hace recrear sucesos como este en mi cabeza o las imágenes, entre ellas la de la casa con el faro, me has enamorado completamente.
    Espero pronto la segunda parte.
    Besos.

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  8. Ya está todo dicho, pero.
    Nunca dejes de escribir.
    Quiero segunda parte.
    Quiero textos tuyos.
    Quiero un libro tuyo.
    Quiero personajes tuyos.
    Quiero leerte hasta... Apf, ya sabes, nunca me cansaría de leerte.

    ¿Sabes ese escalofrío que sientes cuando las olas frías rompen por primera vez en el año contra tus tobillos?
    Lo he sentido.

    Te admira,
    (muy mucho)
    S.

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