17.3.13

El camino.

"¿Es que no entiendes nada?"
"¿De qué demonios estás hablando?", su voz grave y autoritaria rebotó por todas las paredes.
"¿Que de qué estoy hablando? Es la pregunta más estúpida que me has hecho en toda tu vida. ¡Eres un sinvergüenza!", estaba enfurecido, sus ojos muy abiertos y sus puños apretados.

Se dio la vuelta y cruzó el gran despacho de muebles tapizados en granate y estanterías en las que se depositaban cientos de libros que jamás se había leído, aguardando a que, algún día, alguien los abra y recoja esos ideales románticos que a menudo guarda la literatura, esos que tanta falta hacían ahora. Como la justicia.

"¡Vuelve aquí ahora mismo!", le gritó levantándose de su acolchado sillón, todavía tras aquel elitista escritorio de madera de roble y remaches dorados.
"¡No! Es más, no pienso volver nunca."

Dicho aquello, torció la esquina y enfiló un estrecho pasillo de paredes estrechas sobre cuyo suelo descansaba una alfombra aterciopelada del mismo tono granate que todos aquellos muebles tapizados del despacho de su progenitor. Caminó decidido, dispuesto a abandonar aquel edificio cuanto antes. En el trayecto no tuvo más que cruzarse con un par de empleados que deambulaban por el edificio aparentando hacer un trabajo que en realidad no tenían. "Me pagan por llevar cafés", pero uno no quiere cafés constantemente. "Me contrataron para ayudar con el papeleo", pero hay papeleo que no todo el mundo está autorizado a llevar.

Le saludaron educadamente, pero él tenía la cabeza en otra parte. Siguió su camino y pasó de largo sin siquiera levantar la cabeza. A los empleados tampoco les importó demasiado. Ni siquiera estaban seguros de quién era aquel joven que, muy de vez en cuando, se dejaba caer por allí y visitaba al jefe, y siempre se marchaba tras dar un par de gritos en el despacho. Aunque, quizá, esta vez fuera la última.

Un mayordomo de gesto sobrio, casi al estilo inglés, le abrió la puerta con elegancia. Fue al único al que le dedicó una mirada amable y un gesto de respeto. Aquel mayordomo llevaba toda su vida sirviendo en aquel lugar y nunca había sido capaz de ascender un escalón en la pirámide social, en la que le pisoteaban constantemente porque aunque su trabajo era algo más que llevar cafés dos veces al día al despacho del jefe, su retribución era mucho menor. Qué ironía, que los que sostienen la sociedad, siendo los que más peso soportan sobre sus espaldas, son los que menos reconocimiento parecen merecer. Nadie se acuerda del que le limpia los zapatos, le abre la puerta o le sirve la mesa, pero uno sí se acuerda de quién le entrega un sobre con unos cuantos miles de euros, así, sin razón aparente.

Ya en el exterior, todavía sin esperar a bajar las escasas escaleras que le separaban del nivel de la calle, por la que los viandantes, los pilares de la sociedad, se paseaban ajenos (algunos voluntariamente) al negro futuro que se les venía encima, se encendió un cigarrillo a toda prisa, y dejó que con el humo se marchara su odio a un sistema del que su propio progenitor formaba parte. Y se repugnaba a sí mismo, preguntándose cómo fue capaz de abrir los ojos viviendo en la cárcel que su padre le había impuesto.

"Tienes veinte años y te crees que ya lo sabes todo. ¡Tú si que no sabes de lo que estás hablando!"
"Tendré veinte años, pero ya me he dado cuenta de que dejar que la gente se muera de hambre mientras en mi cuenta corriente se ingresan cantidades estrepitosas de dinero, no es el camino al progreso."


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Pues hoy no hay más imágenes que ésta, ya que me ha costado mucho encontrar una adecuada. Y ésta, además, ya la había utilizado antes.

Por otro lado, espero sinceramente que  mi inspiración se restablezca pronto, porque estoy en una sequía absoluta.

Sí, esta es una entrada de crítica social. Si no te habías dado cuenta, vuelve a leerla.

6 comentarios:

  1. Simplemente precioso, Yaiza, el paso que da el chico es el mejor que hubiera podido dar nunca. Y pensar que hay gente que no ve más allá de su mundo de felicidad cuando hay gente muriéndose de hambre. Increíble. Simplemente me frustra de tal manera... u.u Bueno, me ha encantado.
    Por cierto, no sabes lo que me animan tus comentarios en mi blog jajaj
    (Ya que no tienes wa por unos días, decirte que me he vuelto a empezar Skins)

    Te adora,
    Ana.

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  2. Venía por aquí. Porque tengo un momentillo, y suelo gastarlos aquí los pocos que tengo. Pero al acabar de leerlo y ver ''1 comentario'' me he tenido que ir corriendo a ver en que día había sido publicado esto. No puedo creerme que esto lleve desde el domingo, y solo tenga un triste comentario. Es que no me lo creo. Totalmente imposible vamos. Que salga la cámara oculta ya eh?. Por favor. Esto es terriblemente increíble, y es que es... dios es... no tengo palabras sabes? Hay varias frases realmente increíbles ahí arriba, como que ''Siendo los que más peso soportaban sobre sus espaldas, son los que menos reconocimiento parecen merecer''. La de llevar cafés y papeleo también me ha gustado mucho esa parte. Supongo que la punta de la pirámide de todo esto está en lo último que dice, que cuanta razón tiene, y como termina de dar un último disparo el texto. Y herido me siento, y eso es bueno, porque ojala todo el mundo se sintiera herido al leer estas cosas, aunque más bien, yo lo llamaría al leer esta realidad. Sin duda, y sin necesidad de que digas que es crítica social, se puede saber perfectamente en cualquier línea, y pienso que, como esto no suba más de comentarios, tendré que recomendar esta entrada en mi blog o algo. Porque tienes que hacer algo para que esta gente lo lea si? Increíble como siempre Yaiza, simplemente increíble...
    Se te quiere y esas cosas
    (K)

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    1. Pd: si me tuvieras que recomendar 4, 5 canciones de the kooks por orden de la que más te gusta a la que menos cual sería?
      Si te preguntas a que viene, es solo por oír música.
      (K)

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  3. Lindo post!:)

    http://www.facebook.com/AmandaChicFashionRoomLounge?ref=hl
    http://fashionroomlounge.blogspot.com.es/

    A chic kiss ;)

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  4. Ay Yaiza, joder, no sé muy bien que decir. A ver, es que no he entendido, ¿Quién es? ¿Su hijo?
    ¿Se puede saber de dónde sacas tú la imaginación para hacer un texto totalmente diferente a los demás cada vez? Eres jodidamente increíble.
    Qué gran verdad eso de que los que sostienen la sociedad son los menos reconocidos, pero los que más se lo merecen.
    En fin Yaiza, sigue escribiendo, por favor.
    Te quiere,
    Lau.

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