¿Alguien sabía qué le había ocurrido?

Vestía con harapos viejos, grandes y anticuados, incluso roídos. Escuchaba lo que no escuchaba nadie y se las daba de entendida en cientos de cosas que el resto ni siquiera conocían. Hacía ya tiempo que había decidido ser así, cambiar todo en su vida. Había teñido su pelo de azul turquesa y había construido unos fuertes y resistentes muros a pruebas de críticas. Había dejado de relacionarse con aquellos a los que alguna vez había considerado amigos y se proponía empezar de cero. No necesitaba a nadie que le hiciese más daño, así que cualquier cosa que hiciera que la gente se acercara a ella quedó eliminado. La ausencia de su sonrisa y el ser tachada al instante de "la rara" ayudó bastante. Se encerraba en su habitación e hizo de ella su guarida secreta. Le había puesto incluso una cerradura y un cartel por fuera que ahuyentara a los curiosos, aunque aquellos intrusos fuesen sus padres. Tenía siempre las persianas bajadas y se servía de la luz de cientos de lámparas que alumbraban más bien poco. Había empezado a fumar y el estado de relajación que alcanzaba después de liar lo que siempre criticó le proporcionaba la tranquilidad que desde hace tantos meses buscaba. Huía del sol y del viento, del aire fresco y del color. Había perdido la esperanza en un ahora mejor y había decidido acostumbrarse.

La criticaban porque nunca sonreía, por sus palabras con doble filo. La criticaban por sus muros, porque odiaban su mirada fría y, sobre todo, porque aquella no era ella.

Aclaración: En esta entrada he mezclado demasiadas ideas de un modo no muy bueno. A veces, lo menos meditado resulta gustar más, y como me tocaba publicar ya... Aquí está. ¿Digamos que esto ha sigo un experimento?

Espero poder  publicar algo más serio mañana, no sé si tendré tiempo.

PD: El "ciclo" de recomendaciones he pensado en dejarlo para, al menos, Semana Santa, y poder prepararlo mejor.