26.11.11

El sabroso cóctel.

Siempre dije que no soy rencorosa, nunca lo fui. Olvido y perdono, no son sinónimos. Puedo aguantar una mentira, suelen decirme que soy tolerante. Pero cuando te fallan de verdad... Todo es diferente. Cuando te traicionan, cuando te decepcionan. No permito que alguien me haga vivir engañada. Nada es tan bonito como lo pintan. De repente, zas. Abres los ojos y ahí te encuentras toda la mierda que se ha ido acumulando. Problemas, puñaladas, traiciones, decepciones, dolor. Dolor. Y más dolor. Intentas disimular, porque si tú misma aceptas que no estás bien, entonces estarás mal de verdad. Pero no sirve de nada fingir carcajadas o sonrisas. Es inútil. Todo lo que hagas para creer tú que todo está bien, será como tirar tu vida por el retrete. ¿Qué hay que hacer entonces? ¿Aceptarlo y mostrar tus sentimientos? ¿No darle vueltas y retenerlos? Piensa en ello, quizá a ti te sea útil. Para mí ya es demasiado tarde. Yo no tengo nada que hacer, ojalá nada de esto hubiera pasado, no hubiera abierto los ojos, no hubiera tenido que escuchar todo lo que he escuchado. Ojalá. Pero fue, y ahora, como ya he dicho, sólo hay dolor. Dolor, lágrimas y desesperación, el sabroso cóctel de la depresión. Depresión por decepción. ¿Y qué es lo malo de las decepciones? Que siempre vienen de quién menos te lo esperas, o deseas.



PD: Sé que siempre ando retrasando estas cosas, pero espero que me comprendáis. Los que lleváis leyendome más tiempo sabréis que no estoy teniendo una buena temporada. Incluso habréis notado que mis entradas ya no son todas tan buenas, y que además, suelen ser pesimistas. Sólo deciros que en cuanto mi ánimo mejore, me iré pasando por vuestros blogs. Tengo mis momentos más lúcidos, los aprovecharé, os lo prometo.

1 comentario:

  1. No te preocupes chica! Más vale tarde que nunca ¿No?
    Como vas emocionalmente? ;)
    (K)

    ResponderEliminar