FIN.

Escribe el principio donde pone fin.

Aquello lo dijo el mítico grupo de rock nacional "Platero y tú" (Rompe los cristales), y me parece una manera diferente de empezar algo. Quizá porque me sienta demasiado identificada, porque todo esto no es más que un modo de sacar fuera lo que está muy dentro y porque a veces la inspiración me hunde. Más bien es la falta de ella. Me hunde, me sumerge en la miseria emocional provocando deseos que jamás llegarías a comprender. ¿Alguna vez has deseado coger tu mejor dibujo y rasgarlo en tiras, arrugarlo, pasar la goma por encima y tirarlo a la basura aún a sabiendas de que mientras lo haces ya te estás arrepintiendo? ¿Alguna vez has sentido que nada de lo que haces sirve para nada más que para perder el tiempo? ¿Has estado a punto de darle a eliminar en un documento de más de sesenta páginas llenas de palabras con sus personajes y su conciencuda trama que tanto tiempo te han llevado ser elaboradas? ¿Alguna vez, para colmo, has sentido que te falta algo, y que ese algo te está asfixiando tanto que no te deja respirar? ¿Alguna vez has notado tus lágrimas caer por tus mejillas mientras te agarrabas la cabeza y deseabas golpeartela porque eres incapaz de canalizar la rabia? Probablemente no te hayas sentido así nunca, al menos no todo a la vez. Y si lo has hecho, bienvenido.