Él no es muy alto, ni tampoco muy guapo. Tampoco es el más educado. Es al que se le ocurre meterle la lengua en la oreja a su mejor amigo mientras habla con su madre o el que se tira un pedo en la cara de sus colegas sólo por "hacer la gracia". Es el que se ríe de cualquier caída estúpida y el que se meterá contigo en cualquier situación embarazosa. Es el que se atraganta con las palabras demasiado largas y el que se pone vizco en todas las fotografías. Es el que no tiene mejor idea que despertarte con agua fría. El que se partió un diente por bajar a toda pastilla por una cuesta subido a un carrito de supermercado. El que tuvo la espectacular idea de esconderse en el árbol de su jardín mientras su madre descubría su desordenada habitación y se rompió la muñeca en la caída. Es el que dibujaba a los profesores con moscas al rededor y pasaba el dibujo por toda la clase. Es el que escondía sus secretos, incluidas las cajetillas de tabaco, en un falso fondo del cajón de su mesilla de noche muy evidente, tanto que ni siquiera era un lugar secreto. Es el que dejó su firma estampada en la acera recién asfaltada de la calle de su primo. Es el que descubrió la contraseña del correo electrónico de su mejor amigo y le gastó todas las bromas pesadas habidas y por haber utilizándolo. Es el que no tiene pudor alguno a la hora de hacer un "calvo" ni a la hora de cambiarse de muda delante de alguien. Es el que no tiene ningún reparo en darle un beso en los labios a sus amigos si de desconcertarlos se trata. Es el que te demostrará cómo sacar leche por la nariz. Es el que tiene siempre las ideas más descabelladas para las fotos. Es el que se remanga la camisa aunque esté en plena misa de una boda. Es el que es capaz de decirle algo sexy a una inocente abuela escandalizada en medio de la calle si utilizas la escalofriante frase de "A que no hay huevos de...". Es el que mezcla todas las bebidas alcohólicas que encuentra y al día siguiente todavía tiene ganas de hacer el idiota. Es el que mueve su trasero de lado a lado rápido en tu cara cuando baila. Es el que se pone perdido de ketchup cada vez que se come una hamburguesa. Es el que no se quita su gorra ni siquiera cuando va al cuarto de baño. Es el que cuando se aburre pica todos los timbres de un mismo bloque y se queda a escuchar cómo todos los vecinos acaban hablando entre ellos. Es el que se lo pasa genial alardeando de cientos de cosas que ni siquiera sabe relamenente qué significan. El que siempre se disfraza de prostituta en carnaval. Es el que siempre quiso saber patinar pero era demasiado torpe para ello. Es el que canta intentando falsetes. Es el que todos sus amigos califican de estúpido. Es el que se para a pensar las tablas de multiplicar y acaba pensando en algo totalmente diferente.

Es preciosa, enserio. Tenía un amigo así. Sé que para ti es algo más este chico, pero ha sido muy bonito leer este texto y acordarme de mil y una anécdotas, y sonreír sin querer(:
ResponderEliminarowwwwwwwwwwwwwwwwwwwwwww. me fascino!
ResponderEliminarencantadora personalidad.
¡Siempre lo consigues Yaiza!
ResponderEliminarSiempre consigues traerme buenos recuerdos y una sonrisa a la cara. Tiene mucho sentimiento el texto, y eso se nota. Excelente.
Maravillosa narrativa.. me fascino! Felicitaciones por tu hermoso Blog. muy bonito♥ te sigo :) si quieres pasate por el mio.. Besos! ♥
ResponderEliminarPreciosa entrada, me ha fascinado :) Te has ganado una seguidora! Y un... Olé!!
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